Hormigas: ¡Amenaza de contaminación!

La Hormiga Invasora (Iridomyrmex): Pequeña pero Poderosa Amenaza en la Producción de Alimentos

En el complejo mundo de la producción alimentaria, la seguridad y la higiene son pilares fundamentales. Aunque a menudo se centran los esfuerzos en roedores y cucarachas, un enemigo más pequeño y subestimado, la hormiga Iridomyrmex (comúnmente conocida como hormiga argentina o invasora en algunas regiones, aunque el nombre varía por especie y ubicación exacta), puede representar una seria amenaza como vector de contaminación. Su omnipresencia y capacidad de infiltración la convierten en un riesgo silencioso para la inocuidad de nuestros alimentos.

 

¿Cómo trasladan los microorganismos en su cuerpo?

Las hormigas Iridomyrmex son recolectoras incansables. Su búsqueda de alimento las lleva a explorar una amplia gama de ambientes, desde  superficies sucias hasta residuos orgánicos en  descomposición. Durante estas expediciones,  los microorganism os se adhieren a diversas partes de su cuerpo:

• Patas y antenas: Estas estructuras, altamente expuestas, son perfectas para la adhesión de bacterias, hongos y virus presentes en el ambiente.
• Cutícula: La superficie externa de la hormiga puede retener partículas y microorganismos.
• Tracto digestivo: Al ingerir alimentos contaminados, los microorganismos pueden pasar a través de su sistema digestivo y ser excretados posteriormente.
• Vomitón (trofalaxis): Las hormigas comparten alimento entre sí a través de la trofalaxis (regurgitación de alimentos). Si una hormiga ha ingerido microorganismos, puede transmitirlos a otras miembros de la colonia, amplificando la propagación.

¿Qué microorganismos pueden transportar?

La capacidad de las hormigas Iridomyrmex para moverse entre ambientes limpios y contaminados las convierte en portadoras de una amplia variedad de patógenos relevantes para la seguridad alimentaria. Algunos de los microorganismos que pueden transportar incluyen:

• Bacterias entéricas patógenas:
  • Salmonella spp.
  • Escherichia coli (especialmente cepas patógenas como E. coli O157:H7)
  • Listeria monocytogenes.
  • Staphylococcus aureus (incluyendo cepas productoras de toxinas). Campylobacter spp.
• Hongos: Pueden transportar esporas de hongos que causan deterioro de alimentos o incluso micotoxinas.
• Virus: Aunque menos estudiado que las bacterias, no se descarta su potencial como vectores de ciertos virus.
• Parásitos: En menor medida, podrían transportar quistes o huevos de parásitos si entran en contacto con heces o materia fecal contaminada.

La presencia de estos microorganismos en áreas de producción de alimentos puede llevar a la contaminación cruzada de superficies, equipos, utensilios y, en última instancia, del producto final, con las consiguientes implicaciones para la salud pública y la reputación de la empresa.

Medidas de prevención para evitar esa contaminación

Prevenir la contaminación por Iridomyrmex en áreas de producción de alimentos requiere un enfoque multifacético y proactivo:

• Higiene y saneamiento estrictos: Mantener las instalaciones impecables es fundamental. Eliminar cualquier residuo de alimentos, derrames y basura de manera regular y efectiva. Limpiar y desinfectar superficies y equipos con frecuencia.
• Sellado de puntos de entrada: Identificar y sellar todas las posibles vías de acceso para las hormigas, como grietas en paredes y pisos, agujeros alrededor de tuberías y cables, y rendijas en puertas y ventanas.
• Almacenamiento adecuado de alimentos: Guardar todos los ingredientes y productos terminados en recipientes herméticos, elevados del suelo y lejos de las paredes.
• Gestión de residuos: Asegurar que los recipientes de residuos estén siempre tapados, vaciarlos con regularidad y mantener la zona de almacenamiento de residuos limpia y alejada del área de producción.
• Control de la vegetación exterior: Mantener la vegetación alrededor de las instalaciones recortada y alejada de los edificios, ya que puede servir como refugio y vía de acceso para las hormigas.
• Vereda perimetral: en fundamental la existencia de una vereda de, por lo menos, 1 mt rodeando las plantas de producción que están rodeadas de espacios verdes. De esta forma se puede monitorear adecuadamente y, en caso de necesitar realizar un tratamiento, el mismo será más efectivo. Dicha vereda debe estar despejada como forma de evitar refugios para sus caminos.
• Drenajes limpios: Limpiar regularmente los drenajes y evitar el estancamiento de agua, ya que pueden ser puntos de atracción para las hormigas.

Manejo Integrado de Plagas aplicado a la Hormigas

Una vez que las hormigas han infestado un área, las medidas de control se vuelven cruciales. Para ello volvemos a describir la importancia de implementar el MIP (Manejo Integrado de Plagas), la estrategia más robusta es implementar un programa de MIP que combine todas las medidas preventivas y de control mencionadas, adaptándose a las necesidades específicas de la instalación:

• EXCLUSIÓN: Como ya hemos indicado en párrafos anteriores se debe proceder al sellado de grietas en paredes y pisos, agujeros alrededor de tuberías y cables, y rendijas en puertas y ventanas; Mantenimiento de veredas perimetrales en buen estado, limpias y libres de pallets, chatarras, estibas, etc.
• HIGIENE – ORDENAMIENTO: Ya hemos mencionado la necesidad de mantener la higiene; evitar, contener y limpiar derrames; Manejo adecuado de residuos.
• CAPACITACIÓN – COMUNICACIÓN: Nuestra empresa ofrece cursos de capacitación del personal responsable y para los empleados que están en contacto directo con los procesos productivos, ajustados al local y totalmente gratis. Se busca involucrar a todos los sectores con la finalidad de lograr que se trabaje en conjunto, a partir del conocimiento de la plaga.
  
• CONTROL MECÁNICO o FÍSICO:
  • Monitoreo constante: Implementar un programa de monitoreo regular con trampas adhesivas o inspecciones visuales para detectar la presencia de hormigas de manera temprana y actuar rápidamente.
    

• • Barreras físicas: Se pueden emplear barreras adhesivas o en polvo (como tierra de diatomeas de grado alimentario, si es permitido y seguro para la aplicación específica) en puntos de entrada para disuadir su paso.
  • Identificación y eliminación de nidos: Si es posible, localizar y eliminar directamente los nidos de las hormigas puede ser muy efectivo. En el caso de Iridomyrmex, que suelen tener nidos difusos y múltiples reinas, esto puede ser un desafío y es donde los cebos cobran mayor importancia.
  • Identificación y eliminación de nidos: Si es posible, localizar y eliminar directamente los nidos de las hormigas puede ser muy efectivo. En el caso de Iridomyrmex, que suelen tener nidos difusos y múltiples reinas, esto puede ser un desafío y es donde los cebos cobran mayor importancia.
• CONTROL QUÍMICO: Finalmente, como última alternativa, se puede recurrir a la aplicación de insecticidas de baja toxicidad, habilitados por la autoridad sanitaria para el uso en establecimientos de procesamiento de alimentos, aplicando los protocolos de seguridad más exigentes:
  • Cebos para hormigas: Son una de las herramientas más efectivas. Los cebos contienen un atrayente y un insecticida de acción lenta que las hormigas llevan de regreso a la colonia, eliminando no solo a las obreras sino también a la reina y el resto de la colonia. Se deben colocar estratégicamente en las rutas de las hormigas.
  • Sprays residuales (con precaución y por profesionales): En casos de infestaciones severas, se pueden aplicar insecticidas residuales en grietas, hendiduras y perímetros. Es crucial que la aplicación sea realizada por profesionales de control de plagas certificados y se utilicen productos aprobados para áreas de producción de alimentos, siguiendo estrictamente las normativas de seguridad alimentaria.

En conclusión, la hormiga Iridomyrmex, aunque pequeña, no debe subestimarse en el ámbito de la producción de alimentos. Su capacidad para transportar una variedad de microorganismos patógenos la convierte en un riesgo potencial. Una combinación de higiene impecable, medidas preventivas y técnicas de control adecuadas es esencial para salvaguardar la inocuidad alimentaria y proteger la salud de los consumidores.